Al llegar a nuestros 30 años de existencia, en El Financiero nos llenamos de satisfacción al revisar el pasado y observar lo que hemos conseguido y de esperanza ante los retos que el futuro nos propone resolver.
Vimos la luz hace tres décadas de la mano de personas visionarias que supieron definir una misión con tal claridad y sencillez que aún hoy sigue resonando con la misma fuerza que en 1995: “El Financiero es una fuente de información actualizada y de análisis crítico. Sirve de instrumento útil para quienes han de tomar decisiones en el ámbito de los negocios, las finanzas y la economía. Se trata de una herramienta de trabajo en el mundo de hoy.”
Nuestra especialización en economía, finanzas, negocios y tecnología no ha sido una elección casual, sino una convicción sobre su centralidad para el desarrollo de Costa Rica. Creemos que un entendimiento claro de las fuerzas económicas que moldean nuestro país y el mundo es fundamental para la toma de decisiones informadas, no solamente en las altas esferas empresariales o gubernamentales, sino también para cada ciudadano que busca prosperar y comprender su entorno. Hemos buscado desentrañar la complejidad de los mercados, las políticas públicas y las tendencias globales, traduciéndolas en información accesible y relevante que empodere a nuestra audiencia y fomente un debate público más rico y fundamentado.
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Comenzamos nuestro andar exclusivamente en papel, pero tras la popularización de Internet estrenamos primero nuestro sitio electrónico y, hace relativamente pocos años, un sistema de suscripción digital. Hoy vivimos en ambos formatos y esto es prueba de cómo nos hemos sabido adaptar a las tendencias de la industria y a los gustos de nuestra audiencia para garantizar a nuestros lectores que el periodismo que se realiza desde El Financiero es independiente y que, en consecuencia, las publicaciones y sus enfoques dependen del savoir faire y la conciencia de los profesionales que en él laboran, y no de presiones externas. Seguimos guiados, no obstante, por los principios enunciados en nuestro primer editorial: “Desde las columnas de El Financiero se defenderán con ahínco y entusiasmo ciertas ideas y principios. En el campo ético las libertades individuales, la responsabilidad y el respeto a los demás; en el político la democracia y la participación; en el social la movilidad social, la igualdad y la solidaridad, y en el económico la innovación y la competencia. Estas serán las líneas directrices y las orientaciones principales de El Financiero“.
Nació El Financiero en un momento de cambio para Costa Rica. Hoy podemos entender a plenitud lo que realmente significó la llegada de Intel a nuestro país, por ejemplo. Hoy también sabemos que en 1995 estábamos viviendo en el inicio del fin del bipartidismo, el cual marcó décadas de la historia política nacional.
Sin embargo, podemos afirmar que en estos 30 años el cambio ha sido constante en nuestra sociedad y en el mundo entero. Nada ha sido estático en los hechos que hemos presenciado y reportado en nuestras páginas y en nuestro sitio de Internet.
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Vive actualmente El Financiero en un presente lleno de nuevos retos. La violencia en general y los homicidios en particular han alcanzado niveles récord y amenazan con afectar al turismo, un pilar de la economía nacional. El crecimiento desordenado de nuestras ciudades, el pésimo transporte público y la poca inversión en infraestructura impactan nuestra productividad. Miles de mujeres siguen siendo excluidas del mercado laboral. Las falencias del sistema educativo condenan a la informalidad y a trabajos con mala remuneración a muchos otros compatriotas.
¿Qué exactamente contarán las páginas de El Financiero en el futuro? No lo sabemos, pero sí sabemos qué temáticas no deberían faltar, por el bien de la sociedad que hasta ahora hemos construido. Tenemos que tomar decisiones sobre nuestro sistema de pensiones. Tenemos que tomar decisiones para aumentar nuestro ritmo de crecimiento económico y disminuir la desigualdad. Tenemos que tomar decisiones para hacer más eficiente y eficaz nuestro sistema político y que menos personas se sientan tan excluidas de sus beneficios como para estar dispuestas a tirar por la borda lo que hemos logrado levantar en las últimas décadas a cambio de subirnos en el tren del populismo autócrata que avanza por todo el mundo.
Conscientes de la responsabilidad histórica que estos tiempos nos imponen, asumimos el reto. En El Financiero redoblamos nuestro compromiso de continuar aportando periodismo riguroso e independiente, como lo hemos hecho por treinta años. Nuestra labor seguirá siendo iluminar, con datos y argumentos, el camino hacia las decisiones cruciales que definirán la Costa Rica del futuro, sirviendo como una herramienta confiable para construir, en democracia, un porvenir más próspero y justo para todos.
