El mercado laboral costarricense cerró el 2024 con señales de recuperación en los ingresos reales por hora trabajada, según revela el más reciente informe del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica.
El análisis muestra un incremento generalizado en la mediana del salario real por hora, aunque con diferencias entre ramas de actividad económica.
Durante el IV trimestre de 2024, el ingreso real mediano por hora alcanzó los ₡1.889, lo que representa un crecimiento del 5,8% respecto al mismo periodo del año anterior. El ingreso promedio, por su parte, tuvo un repunte aún mayor: 9,4%, al pasar de ₡2.482 a ₡2.715 por hora.
Las ramas que registraron mayores aumentos fueron enseñanza y salud (+18,1%), intermediación financiera (+16,3%) y administración pública (+9,5%), consolidándose como sectores clave en la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores.
Otros sectores como construcción (+21,1%), agricultura y ganadería (+8,5%) y la industria manufacturera (+8,6%) también mostraron alzas destacables.
En contraste, actividades como comunicación y otros servicios (-0,3%), otras del sector secundario (-1,8%), y en especial actividades de los hogares (-13,9%), reportaron caídas en sus ingresos reales.
Brechas estructurales y crecimiento desigual
El informe advierte sobre disparidades importantes. Las mejoras salariales no alcanzaron a todos los sectores por igual y, en muchos casos, las condiciones laborales siguen marcadas por la informalidad, el subempleo y la vulnerabilidad.
Las personas con educación universitaria completa, aunque contribuyeron significativamente al crecimiento del ingreso promedio, también enfrentaron mayores tasas de desempleo, lo que sugiere un desajuste entre la formación profesional y la demanda del mercado.
Asimismo, las brechas de género, aunque en descenso, persisten. Las mujeres ganaron en promedio un 2,8% menos que los hombres en 2024, una mejora respecto al 4,9% del año anterior, pero aún reflejo de desigualdades estructurales. La menor participación femenina en sectores de altos ingresos y en puestos de liderazgo sigue siendo un desafío.
El informe utiliza técnicas econométricas avanzadas para descomponer los cambios observados, atribuyéndolos a transformaciones en la composición del mercado laboral (edad, sexo, educación, etc.) y a los “premios” que el mercado otorga a estas características. Además, identifica un “grupo base” (hombres monolingües, sin primaria completa ni pareja ni jefatura de hogar) como referencia analítica para estudiar los cambios en las tasas de ocupación, desempleo e ingresos.
Aunque los datos reflejan un año de avances en ingresos y ocupación, los autores del informe advierten que la recuperación podría ser frágil. El aumento de la informalidad en algunos sectores y la disminución del monto promedio de transferencias públicas a hogares en pobreza extrema son señales que requieren atención. Además, la pobreza extrema infantil mostró un repunte a finales de 2024, lo que apunta a retos persistentes en materia de equidad y protección social.
Así, Costa Rica muestra señales de recuperación económica, pero el crecimiento salarial sigue siendo desigual y con claros desafíos en inclusión y sostenibilidad. La evidencia invita a reforzar políticas activas de empleo, inversión en educación y promoción de la equidad salarial para consolidar un mercado laboral más justo y resiliente.
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Esta nota fue publicada por un editor de El Financiero con asistencia de un sistema de inteligencia artificial.