Fusionaron sus empresas y ahora atienden a grandes firmas nacionales y regionales desde un ‘coworking’: ¿por qué?

Este es el caso de Jorge Delgado y Armando Blanco, directores y socios de Link Creative Partners, una agencia de publicidad, mercadeo y desarrollo de software que opera desde Escazú. Cada uno tenía su propia empresa, pero descubrieron que tenían servicios complementarios que potenciaban sus negocios.

“Hemos aumentado la operación”, dijo Jorge.

La demanda de servicios de comercialización y soluciones digitales continuó expandiéndose en los últimos años, con la consolidación del consumo en el sector bancario y las compras en línea, la introducción de nuevas tecnologías (como la inteligencia artificial) y los pagos electrónicos.

Los negocios de todo tamaño y sectores, desde microempresas hasta firmas regionales y multinacionales, se vieron obligados a responder a los cambios de consumo en sus mercados y de sus clientes.

Convergencia

Armando es de La Guácima, pero creció en San Isidro de Coronado y estudió diseño en la Universidad Fidélitas, donde se graduó en 2007. Antes de terminar la carrera, empezó a introducirse en el mundo de las páginas en Internet, lo que lo llevó a iniciar otra nueva carrera: informática.

Con las competencias de ambas profesiones fue incrementando los servicios y los clientes en forma independiente, hasta que tuvo que renunciar al trabajo que tenía en la firma HP en 2018. Ahí estuvo 10 años.

Ya en forma independiente siguió con sus propios negocios en el campo de desarrollo informático, junto a un socio al inicio. Durante la pandemia aumentó la demanda y tuvo que contratar personal, que operaba desde sus casas.

Para ese momento, los clientes plantearon nuevas necesidades en el campo de la publicidad y el mercadeo digital. Fue cuando empezó a analizar con Jorge, que tenía su propia compañía, la posibilidad de una integración de operaciones.

Jorge es de la urbanización El Encanto, en Calle Blancos. Estudió diseño publicitario en la Universidad Veritas y empezó a trabajar en agencias mientras concluía su carrera. Se graduó en 2009.

En las agencias se encargaba de proyectos en diseño y fotografía, hasta que fueron surgiendo y aumentando los clientes propios. Llegó el momento en que necesitó dar un paso adicional: en 2014 fundó y formalizó su propia agencia.

El crecimiento de clientes no se detuvo y alquiló una oficina en Trilogía, el oficentro a un costado de la ruta 27 antes de Plaza Itskatzú, en Escazú, donde tuvo hasta 18 personas. Durante y después de la pandemia la demanda de servicios se amplió: le pedían desarrollos informáticos.

Esa casualidad, adicional a que ambos eran vecinos en ese momento, les llevó a compartir proyectos. La integración les motivó a pensar en el paso adicional para tener un servicio más robusto.

Fusión

La fusión se concretó hace tres años con la creación de Link Creative Partners. Pronto se hizo evidente que necesitaban variar la forma de operar.

Los proyectos que obtenían exigían una mayor interrelación y coordinación de los equipos, por lo que Armando y Jorge empezaron a buscar una alternativa.

Por costos lo mejor era aprovechar los servicios de coworking. Visitaron tres, hasta que una amistad de uno de los creativos les invitó a conocer WeWork, que operaba desde 2022 en Escazú. Les encantó.

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Al inicio iba uno de ellos a trabajar en WeWork y luego, aprovechando las licencias para más colaboradores, se empezó a incorporar a otras personas de la planilla en forma rotativa.

El momento decisivo fue cuando uno de los clientes les planteó un proyecto que les dio la capacidad para tener una oficina privada dentro del coworking.

Además de resolver la necesidad de espacio, obtenían otras facilidades como cafetería, networking, actividades de presentación de negocios, charlas, recursos de impresión, soporte tecnológico y áreas de entretenimiento.

“Generamos una experiencia para ayudar a las empresas a retener el talento, que siempre esté motivado”, dijo Jimena Quirós, gerente de mercadeo de WeWork.

WeWork plantea el concepto de oficinas flexibles para que emprendimientos y grandes empresas hallen espacios listos para instalarse en el largo plazo, con soluciones tecnológicas, de comunidad, servicio e innovación.

Por eso su foco son las empresas que requieren oficinas para su operaciones administrativas. También lo aprovechan emprendimientos y profesionales independientes, que inician con una membresía básica y luego aumentan la ocupación de la mano de su crecimiento de negocios.

Lo mismo que Link, que sigue un esquema híbrido de trabajo y llega a tener en presencial unas 20 personas en forma simultánea. “Para nosotros el principal factor fue el costo”, dijo Jorge.

De hecho, en WeWork pagan un poco más del costo del alquiler que tuvieron en Trilogía, pero por el doble de personal, con más comodidades y con mayor flexibilidad según los espacios que requieran para reuniones internas y con clientes o en caso de aumento y reducción de operaciones, indicaron.

“Aquí no tenemos que ocuparnos de situaciones que se puedan presentar. Solo se envía la incidencia”, dijo Armando.

Otro emprendimiento que empezó a operar en un coworking es ARI Casa de Cambio, en este caso en el oficentro de El Roble, frente a Multiplaza Escazú.

Crecimiento

La combinación de la integración de servicios y las facilidades del coworking permitió el crecimiento de la cartera. Algunos clientes solicitan proyectos específicos y otros mantienen una contratación permanente.

Pueden solicitar una aplicación o pedir ayuda para presentar un proyecto a un cliente o a una empresa con la que desean aliarse en alguna iniciativa concreta.

Este tipo de servicios implica un abordaje en el que se parte de los datos de los consumidores que sirva de base para diseñar un storytelling que se enfoque en las principales emociones a generar y pueda presentarse en una reunión de 20 minutos.

Puede ser también la planificación y desarrollo de una estrategia comercial creativa, en la que se definen los entregables, los canales y las aplicaciones, o solo la participación en una de esas fases.

Armando y Jorge estiman que tienen hasta media centena de clientes de diferentes industrias y tamaños.

Por actividades, cuentan con empresas en comercio al detalle, construcción, bebidas y alimentos y finanzas. Algunas únicamente operan en el mercado local y otras son firmas que brindan servicios o comercializan productos a nivel regional.

Todas sufren también por las transformaciones que ocurren entre sus propios consumidores a nivel de hábitos de compra, formas de pago y requerimientos. Para ayudarles, Link inició un proceso de reingeniería de sus procesos y que esperan culminar pronto.