Una disminución en el desempleo y una mejora en el ingreso de las personas trabajadoras son dos de las noticias positivas que se desprenden del Análisis del Mercado Laboral, Pobreza y Desigualdad, correspondiente al último trimestre de 2024, presentado este 10 de abril por el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica (IICE-UCR).
El informe muestra que, para el cuarto trimestre del año pasado, Costa Rica mostraba mejores indicadores de empleo, así como una reducción de la pobreza, de la pobreza extrema y de la desigualdad, respecto al mismo periodo del año 2023.
Los datos señalan que el desempleo bajó, aunque levemente, pasando de una tasa de 7,3 a una de 6,9. Por su parte, la ocupación creció a un 52,8%, lo que significa que una mayoría de las personas en edad de trabajar están efectivamente trabajando.
Más trabajo supuso también mejores ingresos para las personas trabajadoras: en el mismo periodo de análisis mejoró el salario por hora para casi la totalidad de las actividades económicas. La mediana de ingreso real aumentó en el último año un 5,8%, pasando de ₡1.784,8 a ₡1.888,6 la hora.
La pobreza y la pobreza extrema, medidas por la metodología de línea de pobreza, disminuyeron considerablemente en diciembre del 2024 respecto a diciembre del 2023, en 3,3 puntos porcentuales y 1,1 p.p. respectivamente. Se destaca la reducción de la pobreza en zonas rurales, que pasó de 27,1% a 22,1%.
La reducción en pobreza extrema fue generalizada, posiblemente como resultado de mejoras en ingresos o una combinación de factores económicos y de política pública. Por ejemplo, el estudio evidencia que las transferencias sociales del sector público continuaron impactando en la reducción de la pobreza total en 2024, aunque su impacto absoluto en la pobreza extrema fue menor que en años anteriores.
Daniela Córdoba, investigadora del IICE, explicó que la mejoría en los indicadores responde a diversos factores generales como “la baja inflación que tuvo el país durante el 2024 y el crecimiento económico mayor al esperado, que terminaron afectando positivamente al mercado laboral, los ingresos y la pobreza”.
Persisten desafíos
Con respecto a la desigualdad, entre junio de 2023 y junio de 2024 se había reportado una reducción del índice de Gini, pasando de 0,505 a 0,492, lo que implicó una de las reducciones más grandes de los últimos años. Sin embargo, el estudio del IICE advierte que ese buen comportamiento de la desigualdad tuvo un freno, pues en los últimos 6 meses del año pasado se mantuvo alrededor de 0,493.
Pese a los indicadores positivos, el mismo informe advierte que la reducción del desempleo fue pequeña y advierte que el aumento en los ingresos refleja disparidades importantes en el comportamiento del mercado laboral por rama de actividad económica.
El estudio también evidencia retos en la reducción de brechas de género. En los últimos cinco años, la brecha promedio en la tasa de inactividad rondó los 24 puntos porcentuales y esa cifra se explica mayoritariamente por las diferencias entre hombres y mujeres.
Se destaca que las mujeres con pareja tienen una mayor probabilidad de no participar en el mercado laboral, en comparación con los hombres en la misma condición. En contraste, niveles educativos más altos, como tener estudios universitarios o haber finalizado la universidad, así como contar con secundaria completa, han contribuido a reducir la brecha en la tasa de inactividad.